Recuerdo todavía cuando mi viejo, hace 20-25 años, iba en tractor y remolque 20 km para recoger 120 m2 de adoquines (gratis) y luego los colocaba en nuestra entrada.
Otro ejemplo, estuve hace poco en la ferretería para comprar 10 m2 de revestimiento de techo para un cobertizo/refugio y querían cobrar 300€. El vendedor decía que necesariamente tenía que ser machihembrado y demás. Al final, conseguí los 10 m2 gratis del jefe, aunque tuve que ir dos veces con el remolque al trabajo para cargar el material. Aunque la madera tal vez no tenga la calidad y dure solo 15 años en lugar de 20, al principio fue gratis.
Claro que no todos son hábiles con las manos y/o tienen el equipo, pero casi todo el mundo tiene una pala, un pico y una carretilla. Claro que no hay que excavar la zanja con eso, pero ya casi nadie quiere poner adoquines o bordillos por sí mismo.
Lo que al final quiero decir es que también tiene que cambiar la mentalidad de quienes desean construir, y hay que ajustar las expectativas.
Antes, construir una casa era una recompensa por los sacrificios que uno tenía que hacer por ello. Y no un producto de desecho que se le encarga a un contratista general mientras se trabaja desde casa. Y la principal aportación propia consistía en encontrar una financiación adecuada, aunque también se puede ahorrar buen dinero en eso.