La AfD no es en absoluto un partido democrático, ya que aunque fue elegida democráticamente, son antidemócratas con tales posiciones quienes representan al partido. Este partido quiere dividir al país y abusar de él para sus fines políticos. Solo les interesa el poder y no el bienestar de las personas ni el bienestar del país. Quien realmente anhele que a Alemania le vaya peor económicamente para sacar provecho político debería abandonar el parlamento lo antes posible. Porque el populismo es algo muy peligroso. Se intenta instrumentalizar la situación de necesidad de las personas con respuestas aparentemente simples a preguntas complejas para el partido, para luego hacer una política egoísta y que se enriquece a sí misma en detrimento de sus propios votantes.
Está claro que no todo lo que hace el gobierno actual es correcto y sensato. Pero tampoco existe un manual para un caso así, por lo que muchas decisiones tuvieron que tomarse bajo una gran presión. Tampoco soy el fan más grande de Habeck, pero cuando uno tiene que resolver constantemente problemas políticos que no ha causado uno mismo, sino aquellos que ahora critican más fuerte (CDU/CSU), uno acaba estando alguna noche también poco atento en Maischberger y con el término de insolvencia. Y seamos sinceros, ningún otro gobierno podría actuar ahora mejor o más rápido. Todos quieren actuar rápidamente, pero también con precisión. Eso es una contradicción, porque no se puede actuar rápido y replantearlo todo, de modo que la subvención para el precio de la energía llegue a todos los grupos de ingresos, ya que la discusión sobre si poner el límite en 40k, 50k o 70k habría durado demasiado tiempo y nadie habría visto esta subvención alguna vez en su cuenta. Por eso el gobierno a veces actúa tal vez con demasiada duda o sin precisión, pero Habeck y compañía tienen que lidiar con los problemas de la era Merkel en la cancillería (dependencia del gas, retraso en la expansión de las energías renovables, etc.). No es algo sencillo cuando se ha llevado una política así durante 16 años en la cancillería.
Sin embargo, el gobierno hace lo necesario para amortiguar la crisis económica, pero tampoco nos engañemos. No se podrá salvar a todas las empresas y todos los empleos mediante el Estado. Se puede esperar que muchas empresas también lo logren por sus propios medios.
Pero soy optimista de que en 1-2 años la crisis energética estará controlada, aunque la guerra en Ucrania quizás nos ocupe aún décadas, ya que habrá combates y ceses al fuego de vez en cuando. Pero también obtendremos gas adicional durante el invierno a través de los terminales de GNL en la costa norte de Alemania y en el año en curso 2023 se añadirán más, de modo que el próximo otoño podremos encarar el futuro con mucha más tranquilidad y quizá ya en una fase de recuperación económica, aunque en los próximos meses una recesión parezca inevitable. Pero entonces veo señales positivas para el futuro de Alemania para seguir perteneciendo a los países económicamente fuertes. Y dentro de diez años quizás nos reiremos de la situación actual y describiremos los años 20 como años de crisis y los años 30 como la década del futuro con hidrógeno, soberanía energética y el triunfo de las democracias fuertes económicamente.