La fiebre regulatoria de los responsables políticos está aumentando cada vez más recientemente.
Hace unos días escribí aquí que tratan al ciudadano como a un niño pequeño de jardín de infancia. Pero así es como es.
A diario deben inventarse nuevos vehículos de subvenciones porque existen tales distorsiones en los mercados que continúan desestabilizando el mercado.
El camino hacia una economía planificada está hace tiempo allanado.
Esto no tiene nada que ver con el populismo, sino que es la realidad.
Ahora, por ejemplo, al notar que la industria ya no puede pagar la electricidad, se quiere subvencionar el precio de la electricidad para la industria.
Los beneficiarios del [Bürgergeld] deben ser exentos de la obligación de usar bombas de calor. Subvenciones (ayudas) para sistemas de calefacción. Seguramente los encarecen considerablemente.
Tope al precio del gas y la electricidad, tope al precio de los alquileres, participación del CO² por parte de los propietarios, liquidaciones de costos de calefacción extremadamente complicadas, obligación de instalar plantas fotovoltaicas en nuevas construcciones, prohibición de estufas de leña, prohibición de jardines de grava, por nombrar solo algunos ejemplos.
Simplemente cada vez hay más y una subvención genera otra en algún lugar.
Y también los bajos tipos de interés de los últimos años fueron una enorme subvención de los bancos centrales, provocada por una influencia política sobre ellos. Hoy vemos claramente a qué distorsiones ha llevado esto. La espiral inflacionaria es una consecuencia de ello.