Bueno, entonces no. Mientras no participen realmente los grandes actores, no necesitamos avanzar a toda prisa. Sobre todo si eso empeora la competitividad internacional.
Y la idea del pionero tampoco funciona. Lo que ven los otros países es una Alemania que por idealismo se dispara a sí misma en el pie. La competitividad disminuirá, la prosperidad se desvanecerá. Y eso es justamente lo que los demás países perciben como consecuencia negativa de la protección ambiental.
Así que eso me gusta porque es una posición lógicamente sólida. Porque es realista abandonar la creencia de que un mundo donde cada uno hace "lo suyo" como cree podría alcanzar los objetivos climáticos. Entonces, o se está a favor de una organización supranacional que no haga otra cosa que, mediante intervención en los precios "desde arriba", asegure masivamente que los combustibles fósiles permanezcan en el suelo. Lo que se fomenta también se quema. Ya sea aquí o en otro lugar, no importa.
O no se quiere eso y se dice honestamente que entonces se van a incumplir los objetivos climáticos. ¿Y qué?
Ambas variantes tendrán diferentes consecuencias en el futuro, a las que hay que enfrentarse. Eso es algo sobre lo que, justamente, habría que conversar con justicia, cómo se piensa manejar.
Un “dato divertido” no tan divertido: el petróleo hoy está, ajustado por poder adquisitivo, al precio que tenía
antes(!) de las crisis petroleras de los años 70. ¿Entonces qué se ha logrado internacionalmente hasta ahora?
Por cierto, yo creo que las consecuencias a largo plazo del cambio climático serán más graves que las de una coordinación supranacional contra el libre mercado. Pero con esta opinión no compro nada, va a ser de otra manera.