Un problema es cuando el niño por un lado no es estimulado (exigido) en casa y al mismo tiempo es un poco más inteligente que el promedio. Entonces pasa por la escuela primaria relativamente sin problemas sin haber aprendido nunca a aprender. En el bachillerato las notas empeoran, pero aún puede salir adelante haciendo trampas. Luego, con 18/19 años, tras el bachillerato con un promedio de 2,7, se encuentra sin saber realmente qué hacer. No pudo acumular experiencias de éxito (para qué trabajar/aprender --> recompensa, buena nota/título) y no tiene confianza en sí mismo porque piensa que solo se ha salido con la suya. En la universidad tiene que aprender de verdad, pero en su mayoría se le deja a su suerte. Quien no está acostumbrado a estudiar en grupo, a desarrollar el material de forma autónoma y sobre todo a practicar, puede fracasar fácilmente sin que le falte coeficiente intelectual ni habilidades básicas. Simplemente le faltan las habilidades y métodos. Conseguir eso como adulto es inmensamente difícil. Para evitar esto desde temprano, realmente necesitas una mejor conexión entre profesores, educadores y estudiantes. Así se puede estimular a un niño a tiempo, no se aburre, posiblemente asocia la escuela de forma más positiva y se desarrollan mejor las habilidades y métodos. En realidad necesitamos una escuela de jornada completa obligatoria con suficiente personal. Solo así podemos hacer frente al desarrollo demográfico y al mismo tiempo lograr éxitos en la integración... Sí, suena a campo de reeducación, pero dada la diversidad en las capacidades de los hogares no me fiaría de que funcione bien así como está. Además, es problemático que especialmente los estratos con bajo nivel educativo tienden a tener muchos hijos. Y aunque hay padres que solo quieren lo mejor para sus hijos, a veces la enfermedad les impide brindarles las condiciones para estimularlos adecuadamente. Si además vienen dificultades de aprendizaje o dislexia, la situación no pinta nada bien...