OK.. ahora he leído también las otras aportaciones y constato que estás muy atrapado en un pensamiento selectivo.
La felicidad, la resiliencia, las buenas relaciones sostenibles son posibles pilares para
Debido a nuestra evolución demográfica y a la escasez de personal cualificado, no tendremos más remedio que incluir también al último 5%. Sencillamente, como sociedad no podemos permitirnos perder a los niños de la clase precaria para que luego ellos formen a la siguiente generación de precarios. Al mismo tiempo, la introducción de una capacitación para padres o un permiso para la crianza de los hijos probablemente no se pueda imponer, por lo que los jardines de infancia, escuelas/comedores, etc., deben asumir la tarea de formar individuos funcionales.
Contra esto, lamentablemente, poco se puede hacer. Al menos no con ese 5 a 10%.
Si los padres no colaboran, por mucho que un educador se esfuerce, solo podrá lograr cambiar algo de manera marginal.
Esto está tan arraigado en las generaciones como el cemento.
Dar clases particulares con tarjeta educativa también es ingenuo. Eso no alcanza ni por asomo. Y en la atención por la tarde generalmente no se cubre bien, porque lo hacen personas que no han recibido la formación adecuada y, en consecuencia, no pueden enseñar eso. Aparte de la motivación de los alumnos, que quizás no quieran sacrificar también su tiempo libre. Sin motivación no hay éxito de aprendizaje duradero.
Creo que necesitamos muchas más asignaturas alternativas en las escuelas, más ofertas creativas, más materias aplicadas a la vida y no tan abstractas. Yo también puedo enseñar matemáticas en talleres o en la cocina. Pero esas son siempre las primeras cosas que recortan.
Trabajé una breve temporada en una escuela para niños y jóvenes con enfermedades mentales hospitalizados. La mayoría ya evitaba la escuela. Casi todos, tras su estancia, volvieron a tener ganas de ir a la escuela porque los contenidos se impartían de forma muy diferente.
Y para los niños con dificultades cognitivas desearía que existiera un plan de estudios abreviado, de modo que realmente todos los alumnos de la escuela secundaria básica dominen al menos las operaciones matemáticas básicas cuando terminen la escuela.