¿Y qué hizo la oficina de arquitectura? ¿Se quedaron de brazos cruzados?
No, creo que estuvieron jugando billar de bolsillo y metiéndose el dedo en la nariz. En cualquier caso, la información no fue retenida intencionalmente por nuestros arquitectos. Algunos datos ya están disponibles desde hace tiempo, otros tal vez se hayan perdido, lo que no puedo descartar. Pero sinceramente, eso me da completamente igual. Lo que me molesta es la actitud del jefe de proyecto del constructor. Siempre puede ocurrir que un correo electrónico no llegue, se pase por alto o simplemente se olvide. Ahora la pregunta es cómo manejo esto. Si tengo interés en que para mi cliente el edificio estructural empiece lo antes posible, NO me pondría en la posición de que basta con haber enviado un correo hace cuatro semanas. A más tardar después de una semana llamaría para preguntar si algo no está claro y si el correo llegó. Porque quiero encontrar una solución para mi cliente. Aquí, sin embargo, se mantiene la postura de que un correo es suficiente, y luego se amenaza con la rescisión del contrato de obra. La orientación al cliente y el enfoque en soluciones es otra cosa. Aquí parece que se piensa más en problemas y “enemigos”, y menos en soluciones y - ¿cómo era esa palabra con K? - ah, claro, ¡clientes!
De hecho, el caso es incluso más complejo. El constructor estructural presentó una oferta adicional para algunas cosas (colocación de los registros de inspección) con precios claramente exagerados. Nuestro arquitecto solicitó dos contraofertas, ambas a la mitad del precio, y rechazó la oferta con el argumento de que no se estaba ofertando a precios habituales en la zona. Por colocar dos registros quería 10.000 €, por cada registro (es decir, los anillos de hormigón) 2.800 € cada uno. Por desplazar la maquinaria (desde un pueblo a 15 km de distancia) una tarifa fija de 3.000 € más. El poco desescombro (la excavación ya está hecha y la tierra apilada a un lado) quería llevarlo obligatoriamente al vertedero...
Contraoferta: 1.700 € por registro, desescombro una tarifa fija de 350 € almacenado lateralmente - desplazamiento de la maquinaria incluido.
Ahora el constructor indica en su escrito que rescindirá unilateralmente el contrato si no rechazamos su oferta adicional en el plazo de una semana y afirma que sus precios son habituales en la zona. Al parecer no entiende que una oferta no es una factura y que no existe obligación de aceptación. Me parece que está ofreciendo precios inflados tal vez para compensar un error de cálculo o para obtener un mayor beneficio. Sea cual sea su motivo, no es una actitud orientada al CLIENTE. Y no firmaré una mierda.
También estaba claro que nos llegó el escrito cuando nuestro arquitecto acababa de subirse al avión rumbo a ultramar para comenzar sus dos semanas de vacaciones. Escaneé el escrito y lo envié por correo solicitando ayuda. Apenas aterrizó respondió que hablaría con su socio el fin de semana y que el lunes enviaría un correo al constructor. Aquí parece que saben muy bien quién es el cliente y qué es útil para la situación.