La ciruela ha tenido que ser retirada, lamentablemente. Había crecido tanto que ya no podíamos acceder a las ciruelas. En los últimos años no se había hecho la poda. Además, estaba realmente en medio y tan en el camino. Durante toda la construcción luché para que se quedara. Pero ahora tuve que admitir que ya no tenía sentido que estuviera allí.
Pero tendrá una sucesora, que ya está en el balcón esperando a encontrar su lugar.