Hacemos todo el trabajo de remodelación nosotros mismos. Claro que no somos maestros, pero nunca se deja de aprender. Mi primer lugar enlucido se cayó después de dos horas. Las siguientes paredes quedaron mejor, y ahora se ve realmente bien. Mis primeros azulejos colocados estaban un poco desnivelados; de todos modos, ahora encima están los tanques de aceite. En los azulejos de la zona visible supe en qué había que fijarse y se ven bien. En el primer marco de puerta pintado usé la pintura equivocada y además pinté la junta *risas* - pero luego con la pintura correcta y sin la junta, quedó bastante perfecto.
No pretendo hacer todo perfecto - eso a veces toma demasiado tiempo. Decido si me molestan pequeños defectos. Y esa para mí es la diferencia con los artesanos: las juntas del lavabo, en las que suelo fijarme, deben estar absolutamente rectas. Sin embargo, las juntas debajo del inodoro no tienen que ser ciento por ciento perfectas porque simplemente no se ven. Yo puedo decidir dónde quiero trabajar con mucha precisión (y entonces con más tiempo) y dónde no. El artesano hace lo suyo, no se preocupa por pequeñas tolerancias.
Todavía me quedo maravillado en el baño de mi suegra. Lo hizo un maestro alicatador, le llevó muchos días, pero está tan perfecto que casi parece demasiado perfecto. Todo encaja perfectamente. Esa es la maestría artesanal con la que ningún amateur puede competir fácilmente.