hampshire
26.04.2021 12:00:51
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Corregir las deficiencias acústicas de una habitación mediante distorsionadores digitales funciona como máximo dentro de ciertos límites y es especialmente difícil en las áreas habitables que hoy en día suelen diseñarse con superficies muy duras.
Eso es correcto.
Los programas de medición para sistemas multicanal miden especialmente el tiempo de llegada de las señales. De esta manera se asegura que el efecto espacial del sonido en el punto de audición funcione con altavoces ubicados a diferentes distancias (lo cual es habitual en las habitaciones).
Algunos sistemas miden frecuencias de resonancia y las reducen mediante un ecualizador digital de pendiente pronunciada. Así se puede proporcionar una respuesta de frecuencia corregida en el punto de audición. Por cierto, es la misma tecnología que los fabricantes de vehículos usan para ajustar sus compartimientos.
Para compensar un eco o reverberación habría que realizar una medición permanente con un ordenador rápido que envíe señales con desfase a un transductor de sonido que elimine energéticamente precisamente eso. Una compensación electrónica, que se usa en auriculares con cancelación de ruido, sistemas de conferencia y en tecnología de grabación, interviene en la señal antes de que llegue al transductor de sonido. En una vivienda sería necesaria una compensación después. Actualmente, en el mercado no está disponible esta tecnología.
Por cierto, los sistemas de medición no funcionan, claro está, cuando la fuente sonora es un grupo de personas cenando. Si aquí hay reflexiones y reverberaciones, se vuelve desagradablemente ruidoso e incómodo. Por eso, desde mi punto de vista, vale la pena ocuparse de la acústica ambiental como una parte integral de la "calidad de vida".
O como definió Ambrose Bierce el "ruido": "olor en el oído". ¿Quién quiere eso?