Esta es una frase contundente, que dice que el mejor momento para construir fue ayer y el segundo mejor es hoy. Pero actualmente estamos en el área del cisne negro. Un estudio de principios de febrero, del que acabo de toparme hoy:
Instituto Federal para la Investigación en Construcción, Urbanismo y Desarrollo Regional:
Los precios de la construcción bajan
2022 +16.4%
2023 +8.5% (con precios de energía en descenso y fin de la escasez de materiales)
Pronóstico:
2024 -3.2%
2025 -5.5%
2026 -0.9%
2027 0.2%
2028 2.0%
Parece tratarse de valores nominales, en términos reales la caída del precio debería ser mayor que la pronosticada.
* Si se invierte el capital propio: en el S&P500 el año pasado hubo aproximadamente un 20%. Con recortes de las tasas de interés, el rendimiento debería estar por encima del promedio.
* Las tasas de interés bajaron aproximadamente un 1%.
* La disponibilidad de mano de obra especializada mejora.
Así como antes las tasas subieron y los mercados bursátiles sobrevalorados bajaron, ahora va en la dirección contraria. Este es un mercado muy dinámico. La economía de la construcción/mercado inmobiliario es en cambio muy lenta (acumulación de pedidos; tiempos de ejecución de proyectos; por eso los precios siguieron subiendo incluso cuando la fiesta en realidad ya había terminado).
Así como en 2022/2023 se juntaron todos los factores negativos (tasas subieron por la inflación, mercados bursátiles sobrevalorados bajaron, escasez de materiales incrementó los costos de construcción y recortes en incentivos), ahora justamente se abre una ventana en la que concurren factores favorables para el promotor.
Mi conclusión (esta vez un poco más matizada): teniendo en cuenta todos estos puntos, construir mañana (2025) podría ser considerablemente más barato/agradable que construir ayer (2023).