Y, de paso: hay jefes de empresa que solo se quejan, pero al día siguiente anuncian resultados récord.
Eso ha sido así muchas veces en los últimos años, sí. Sin embargo, hay que mirar más allá de la fachada.
Actualmente, la industria automotriz va tan mal porque el negocio en China está debilitándose. Por cierto, a nosotros no nos va diferente, nuestras ventas en China han caído sin precedentes. Pero Volkswagen ha obtenido una parte muy importante de sus ganancias corporativas en China y, con ello, durante los últimos 10, 15 años ha subvencionado la marca alemana principal.
Y eso le pasa a todas las empresas que están anunciando o ya llevando a cabo una reducción masiva de puestos de trabajo, cierres de fábricas y traslados.
Y no, lamentablemente en este juego ya no somos los arquitectos de nuestra propia suerte, porque en Alemania nunca, o no en los próximos 20 o 30 años, podremos competir con los salarios y costos energéticos de Asia y EE. UU. Quien importa materias primas nunca podrá ser más barato que quien tiene las materias primas en su propio país y produce algo a partir de ellas.
En ese sentido, no, no hay razón para llorar y castañear los dientes, todo lo contrario. Ahora hay que actuar y cambiar el rumbo. Quien no pueda ser el más barato debe ser el más innovador, rápido y de mayor calidad.
Y sí, los tiempos serán más duros y con una generación que realmente ya no tiene ganas de trabajar.
Tenemos problemas graves para encontrar gente que esté dispuesta a pasar dos semanas seguidas en un hotel y trabajar nueve, y en caso de apuro hasta diez horas, seis días a la semana.
Ah, hablando de FDP y Linnemann... quien pueda trabajar y rechace un trabajo razonable debería quedarse sin prestación alguna.
No exijo que un ingeniero mecánico desempleado de 55 años con artrosis en la rodilla cargue todo el día sacos de cemento de 40 kg como peón de obra. Pero sí puede trabajar como portero. O como operador de grúa o excavadora en una obra.
Sin embargo, a un joven sano y en forma de 20 años sin formación profesional le cortaría por completo las ayudas si rechaza dos o tres ofertas como peón de obra.
En todo caso, no estoy todo el año durante meses "de viaje de negocios" en hoteles por todo el mundo para financiar la hamaca social de otros que podrían trabajar.
Por cierto, llevo votando verde desde hace 15 años... pero en este punto la CDU y la FDP tienen razón. Ya no podemos permitírnoslo.