Pinkiponk
20.04.2022 15:00:23
- #1
No sé quién sufre más al final, el que vive de alquiler y tiene que soportarlo o el propietario de una vivienda que se ha comprado fuera de esta espiral a precios récord.
Supongo que los inquilinos.
Como propietario de una vivienda, uno tiene, en mi opinión, más margen de maniobra y de influencia. Y el hogar bonito, el jardín hermoso, los niños jugando en el jardín son un contrapeso a los altos costos, mientras que "uno" en el apartamento de alquiler tiene que pagar los altos costos, puede tener vecinos desagradables muy cerca o encontrárselos todos los días en las escaleras, a veces ni siquiera puede disfrutar agradablemente del balcón, etc., y a pesar de que el apartamento se ha quedado pequeño, no puede rescindir el contrato porque no encuentra un reemplazo.
En la vivienda propia existe la posibilidad de influir en los costos adicionales, de renunciar a una u otra modernización o de abordarla, de cultivar alimentos en el jardín y mucho más. (Y en el peor de los casos, crear espacio habitable adicional en o junto a la casa a gusto propio, que se puede alquilar a una persona adecuada.)
Sí, la vivienda pública es otra cosa. Aquí estoy totalmente de acuerdo contigo, debería ser subsidiada.
¿Y quién quiere o puede vivir allí entonces? ;-) Conozco viviendas públicas subvencionadas/viviendas sociales y no le doy especial valor a mudarme a alguna de esas casas. Pero tal vez eso vaya cambiando poco a poco.