¿Tienes idea de cómo era la tecnología fotovoltaica en los años 80? ¿O los aerogeneradores? ¿De dónde se suponía que tendría que venir la energía? Todos quieren viajar, calentar y consumir.
Por supuesto, la tecnología en ese entonces no estaba avanzada. Pero ya entonces se reconocía que la quema de fósiles representaba un gran problema. Hay un noticiero de 1979, que aún se puede encontrar en la red, donde se trata de la primera conferencia mundial sobre el clima. En ese entonces ya sabían sorprendentemente mucho.
Por lo tanto, la pregunta no es cómo era la tecnología fotovoltaica y los aerogeneradores en 1979, la verdadera pregunta importante es: ¿Por qué la tecnología HOY está donde está y no mucho más avanzada?
Afirmar que no ha habido grandes fallos sería simplemente absurdo. Por supuesto, no solo aquí, sino en todo el mundo. Pero todos estamos en el mismo barco, y mientras sigamos señalándonos unos a otros con el dedo, no impediremos que siga hundiéndose.
La energía nuclear hoy en día es una de las mejores y más limpias. Increíble lo que se ha logrado, sin grandes desechos radiactivos y CO2 neutral. Todos lo reconocen a nuestro alrededor, solo los Verdes prefieren quemar lignito. El veneno más grande que existe. ¡Completamente loco!
La afirmación “sin grandes desechos radiactivos” la dejo sin comentar - de hecho no tenemos solución para el problema del almacenamiento final. Es aterrador la cantidad de material casi eternamente radiactivo que ya tenemos y para el que realmente no sabemos dónde ponerlo.
Pero: Tal vez la energía nuclear sea en verdad el mal menor para darnos el tiempo que necesitamos para recuperar nuestras fallas en las renovables y seguir trabajando en la tecnología de almacenamiento.
Porque en la energía nuclear las catástrofes solo ocurren en el peor de los casos y, si acaso, al menos localmente limitadas. Las consecuencias globales si seguimos quemando CO2, en cambio, son definitivas y claramente globales. Y lo digo como alguien con una mentalidad más verde. No es necesario estar 100% de acuerdo con un partido para poder apreciarlo.