El problema hoy en día es que cada uno de nosotros piensa que puede hacerlo todo por sí mismo, y que otros ganan demasiado con sus servicios.
¿No somos todos un poco entrenadores nacionales, policías, arquitectos, cocineros, fotógrafos.......?
Al menos intento aclarar para mí lo que puedo hacer y lo que no. Tal vez, por experiencia, uno ya ha tenido que aprender de forma dolorosa algunas cosas. Por eso dejé de
hacer fotografía, antes mandé
revisar técnicamente y quizá en caso necesario también dejaría
valorar una propiedad por una tarifa. Pero la venta de mi propia propiedad siempre la
quisiera hacer yo mismo; no solo, pero también por razones del honorario del agente inmobiliario y porque me divierte.
Hablar mal de nuestro hermoso baño
Llegó uno al apartamento y dijo que había demasiadas ventanas, que el techo era demasiado alto, ay ay y esto y aquello y en general. Terminé esta conversación y le dije que entre nosotros no habría nada. No tengo una ganga para vender, sino una buena propiedad y por eso exijo ese precio; a cambio, el comprador recibe un inmueble sin esqueletos en el armario. Esa es mi manera de proceder. Me parece imposible hablar mal y eso siempre termina la conversación para mí, también al comprar un coche. Yo mismo no me comporto así cuando compro.
Si un comprador dice "casa bonita, pero 50000€ demasiado, ¿cómo podemos ponernos de acuerdo?", entonces la conversación es más agradable. Eso es lo que a muchos les falta: la igualdad.
"¿Tienes que vender? Entonces baja el precio". ¡No así!
¡Sí, 100 puntos!