Por cierto, los recursos legales no sirven de nada si se quiere acabar con esto.
Eso es correcto, si uno quiere reclamar algo por sí mismo, como un permiso de construcción, una exención, una desviación o, como aquí al principio, la posibilidad de una rescisión gratuita del contrato de compra o incluso la demanda de indemnización por costos adicionales impredecibles debido a errores de planificación.
Ahora, sin embargo, los responsables (por supuesto, otras personas en persona, pero todos los empleados del municipio siempre actúan por encargo del alcalde) también amenazan con medidas coercitivas, contra las cuales hay que defenderse. Y como en el ayuntamiento aparentemente se sostiene la opinión de que el ciudadano individual no puede hacerme nada, debería estar ya instalado de fondo un profesional que explique las posibilidades legales de ambas partes y, si es necesario, prevenga lo peor. También hay asociaciones que informan a los promotores sobre sus derechos y deberes sin fomentar una escalada.