Sobre el tema de las demandas. Muchas gracias de verdad por vuestra compasión. Pero para eso tendría que dejar que me cambiaran por completo. Le desaconsejaría a cualquiera hacer lo que yo hago, también porque sé que puede ser una forma de autodestrucción en el ámbito financiero y de la salud. Pero aun así tengo que hacerlo. Esto no solo afecta a la construcción. He recuperado mi puesto de trabajo mediante una demanda, donde muchos/todos pensaban que eso no era posible y que, si acaso, yo no aguantaría. Estuve muy enfermo en ese tiempo, pero precisamente porque no podía aceptar la injusticia del despido arbitrario. Con el día de la sentencia todo volvió a estar bien. Mi buen y viejo Mercedes Vito, contra el que hace ahora 2,5 años un conductor que giraba a la izquierda chocó y que la aseguradora contraria declaró como pérdida total económica (valor rebajado a 3.400 €, costes de reparación superiores a 11.000 €), basándose en un valor de reemplazo bajo pero con características incorrectas, es decir, mucho más bajas, y un peor estado. Por ejemplo, solo 5 plazas en lugar de las 7 existentes, el techo de cristal dado por roto aunque solo se había rasgado la lámina protectora, vehículos comparables sin bola de remolque, transmisión automática, distintivo ambiental verde y con la inspección técnica caducada y, en parte, con más de 400.000 km recorridos fueron usados como vehículos comparativos. Hemos señalado esto a la aseguradora contraria varias veces y también hicimos un contrainforme. Pero ellos mantuvieron su opinión. Yo presenté una demanda al respecto. El tribunal solicitó un informe de un perito designado por el propio tribunal, con un adelanto de costes de 3.000 €. Este perito constató las 7 plazas y que el techo de cristal no estaba roto, así como un mejor estado que en el informe de la aseguradora. Y aquí viene la gracia: como no pudo encontrar vehículos comparables con las características de nuestro vehículo en su investigación (los vehículos con equipamiento Westfalia son muy demandados a pesar de su edad), se alineó con la opinión del perito contrario sobre el valor de reemplazo y este le “pareció” justificado. Nuestro informe quedó sin mención. Simplemente no puedo aceptar algo así. Por eso impugné ese informe y pedí una revisión. Resultado: una orden judicial para un informe complementario con un pago anticipado para mí de 1.500 €. No espero que el perito cambie de opinión. Pero no puedo aceptarlo y simplemente tengo que actuar en contra. De lo contrario no podría convivir conmigo mismo. Pero como dije, le desaconsejaría a cualquiera este proceder.