Parece que realmente quieres profundizar en el tema, o más bien que disfrutas del derecho contractual (aunque al mismo tiempo, como con los azulejos, cometes errores evitables debido a la historia previa y la presión de tiempo).
Desde una perspectiva externa y sin emociones: si sin embargo surgen repetidamente problemas en muchas coordinaciones de interfaces (sellado de ventanas, alturas del nivel de mortero, etc., etc.), deberías admitir que tu experiencia no es suficiente. Y por eso también vería con mucho escepticismo la adjudicación individual exclusiva, ya que cada oficio podría justificar la falta de planificación o errores en los trabajos previos.
Aunque desafortunadamente hasta ahora has tenido problemas regulares con asesores de construcción y empresas contratistas generales/subcontratistas, y posteriormente un disgusto que consume tiempo y nervios, personalmente consideraría empezar todo de nuevo desde cero.
Organizar la financiación, esperar las decisiones judiciales respecto a los fondos, tomar un respiro y luego buscar de forma tranquila y con fuerza uno o varios socios fiables (ya existen, espero que no se hayan alejado o alertado ya todos los regionales), desarrollar los detalles de planificación de los oficios pendientes y finalmente llevar todo a buen término de forma ordenada. Porque: ¿cuánto vale tu tiempo y tus nervios?
Y luego, en algún momento, llevar a cabo la construcción de nuevo como una colaboración en lugar de, como hasta ahora, muy a menudo después de poco tiempo, como una confrontación.
Tampoco olvides de qué se trataba originalmente en mi opinión: una casa para tus hijos. ¿Qué opinan ellos de todo esto? Según tu relato parece que por el momento más bien es un espectáculo de una sola persona. ¿Vale realmente la pena la supuesta ganga? ¿O preferirían vivir durante los próximos 30 años, aunque gasten más de lo planeado inicialmente, pero satisfechos? ¿Niños felices, vida feliz?