Lo del escurrimiento también fue lo que propuso nuestro constructor. Tenemos espacio suficiente para el jardín, a mí no me molestaría demasiado perder terreno hacia atrás. Sin embargo, sigue habiendo cierta pendiente si consideramos que la terraza tiene unos 4 metros de profundidad.
Por eso, actualmente nos recomendó dos terrazas en la ladera, que hasta ahora han resistido todos los aguaceros intensos (y ya hemos tenido algunas lluvias apocalípticas este año). Solo que no son tan fáciles de cultivar así como están. Al menos habría que planificar una escalera y algunas delimitaciones para poder moverse entre las plantas.
Ahora mismo se puede pasar con todo al lado de la casa. Entre el final de la casa y el límite hay unos 12 metros, y baja en diagonal pero no muy empinado. Al principio tal vez lo dejemos así y sembremos césped. El lado del terreno no recibirá inversión sino dentro de algunos años. Así se ve al lado de la casa, solo que ahora está un poco más liso y menos fangoso (la foto es un poco antigua):
El trabajo propio aquí vuelve a ser un problema de competencias.
En la primera casa hicimos un poco nosotros mismos. Lo que se nos da bien es hacer parterres y plantar cosas. También hice un borde para el parterre con ladrillos klinker enterrados, del que estaba bastante orgullosa.
Nuestro césped sembrado por nosotros salió más mal que bien, pero verde era, y para empezar aquí me bastaría igual.
Donde realmente fallamos rápido es en todo lo que requiere nivelar bien, con plomada y cuerda o cuando hay que echar hormigón. La última vez me informé sobre eso, pero no me atreví y llamé a alguien para que lo hiciera. Fue para una valla, más concretamente los postes.
Me gustaría probar hacer un pequeño muro, pero tal vez primero para un huerto elevado o algo así. Nunca lo he hecho. No confiaría mis primeros intentos de albañilería para sujetar una ladera.
En resumen: nuestras labores propias son más bien escasas porque no sabemos mucho. :) A la falta de experiencia se añade también una buena dosis de torpeza. Después de mudarnos aquí intenté montar nuestra cama. 12 tornillos, y tras el tercero me di un golpe con el pack de baterías del taladro en la cabeza y me hice una herida en la frente, la cicatriz todavía se ve. Desde entonces soy un poco más cautelosa con lo que me atrevo a hacer.