Lo peor es cuando al principio algo sale mal, cuando realmente aún no se ha amortizado nada. Después, cada mes se trabaja para uno mismo: se paga y la indemnización por cancelación anticipada también se reduce (por si acaso sucede algo que obligue a vender). No haría una amortización del 1% tampoco, quien necesite eso con las tasas de interés actuales, simplemente no puede permitirse la casa.
Soy madre soltera, es decir, todo recae sobre mis hombros. Si pasa algo, si los 15 años terminan, estoy enferma o no sé qué... y no consigo una refinanciación... Bueno, entonces habré vivido 15 años bien. Los niños ya no están en casa. ¿Y qué importa? Si el próximo año o en cinco años, en cualquier caso en un futuro cercano, por ejemplo, me enfermo gravemente o me incapacito para trabajar... Malo, por supuesto. Quizás no pueda mantener la casa. Pero dentro de 15 años mirar atrás y pensar: habría debido... Todo estuvo bien... Eso también es malo. Es una cuestión de actitud: vaso medio lleno o medio vacío...