Es un tema bastante complejo. A esto se suman otros factores como, por ejemplo, el posible acceso estatal futuro a los inmuebles en forma de una hipoteca forzosa para los propietarios de inmuebles. Esto ya existió en Alemania (Lastenausgleichsgesetz) y también se ha discutido en el Bundestag. La crisis del euro aún no ha terminado, lo peor está por venir. Para ello basta con echar un vistazo a los llamados saldos Target2. Son cifras alarmantes. No confío mucho en nuestro Estado y en Europa en estos temas, y los propietarios de viviendas tienen pocas posibilidades de defenderse. Además, una casa también inmoviliza bastante capital. Con una inversión a largo plazo en fondos indexados diversificados se puede formar más capital que con una casa que después de 20 años ya requiere las primeras reparaciones. Tener una casa propia es algo muy bueno. Pero muchos se exceden económicamente con ella o a menudo no pueden construir otra forma de previsión para la vejez por razones financieras. Y vivir sin pagar alquiler no ocurre realmente ni siquiera con una casa pagada. Siempre hay costes recurrentes, que se pueden controlar mejor. Pero muchos lo posponen hasta que se acumulan grandes retrasos en las reparaciones.