Hm.....me suena más bien contradictorio, porque la primera parte de tu texto seguro que tu abuelo no la habría tomado en serio.
¿Te refieres a aquellos que te han ayudado en la vida? En esa época los padres no tenían absolutamente ninguna influencia sobre el trabajo de los profesores.
Yo viví esa época como alumno y sé que no fue lo mejor. Pero también me resulta extraño lo que esperas en la primera parte de los profesores o consideras adecuado en cuanto a una "injerencia" excesiva de completos profanos (padres).
Yo defiendo la opinión y también lo vivo hoy en día, de que los niños y adolescentes pueden manejarse mejor con modos de trato consecuentes y me sorprende mucho que hoy en día muchas veces uno quiera ser compañero, mejor amigo hasta el punto de salir juntos de discoteca con sus propios hijos y realmente saber TODO sobre la vida de los niños.
No me atribuyo tener una solución única, pero en mi opinión hemos pasado de ser demasiado duros/consecuentes a su completo opuesto y nos sorprendemos cada día por niños que no pueden manejar nada.
A esos abuelos hoy en día al menos se les criticaría fuertemente o se les tacharía de pedagogos incompetentes y por lo tanto el éxito que tú mencionas desgraciadamente se pierde muy a menudo.
Pero, ¿por qué no está previsto enviar un correo general al principio de la semana para explicar qué se va a hacer, cómo serán aproximadamente los ejercicios y qué objetivo se persigue?
¿Aún más además de los ya saturados grupos de WhatsApp? ¿No querrán los padres sentarse directamente en el aula al lado de sus príncipes? ¿Por qué como padre iba a querer saber eso en general?
Puedo parecer simple, pero como padre tengo en general confianza en los profesores de mis hijos o no tengo desconfianza alguna. Si de verdad fuera un trabajo en equipo, los profesores también tendrían que poder ver y criticar lo que los padres hacen con sus hijos en casa. Pero los padres no quieren que se les vea las cartas, aunque ahí es donde se encuentra el verdadero origen, es decir, en la educación de los hijos en el hogar.
Pero los padres suelen dudar de eso en último lugar o ni siquiera, y prefieren aumentar la presión o la desconfianza hacia los profesores y la escuela. Por eso creo que tu idea no es práctica, si se considera en su conjunto, que los profesores pongan su programa a discusión previa entre profanos (padres), porque entonces empezaría todo el rollo sobre las tonterías propuestas por el profesor. A uno no le gusta aplaudir y cantar, otro ha detectado que un punto del programa no fue tratado y a un tercero no le gusta el orden de los textos, etc., etc.
Hoy en día siento una fuerte desconfianza hacia los profesores, como si se tuviera que proteger a los hijos de ellos y se toma partido RÁPIDO CON los niños CONTRA los profesores. Así no puede funcionar bien la escuela/educación.
Así los padres se sienten más involucrados y pueden representarlo mejor ante sus retoños.
¿De dónde viene esa exigencia o necesidad de que también los padres - salvo en problemas concretos - tengan que sentirse involucrados?
De lo contrario, falta comprensión mutua en ambos lados.
Si es así, es una pena y debería preguntarse por qué un profesor, que usualmente también tiene hijos, no entiende a otros padres. Creo que también es un problema que los niños que en casa experimentan falta de coherencia o reglas, naturalmente no quieran ni puedan entenderlas en la escuela. Pero eso es tarea de los padres, cuyo conflicto tienden a evitar y trasladarlo a la escuela, donde no pertenece.
Durante mi experiencia temporal como docente en un colegio privado caro, quedé casi en shock por las carencias extendidas en el comportamiento social básico y el ego a menudo extremadamente desmedido de los niños, sabiendo muy bien que sus padres lo van a tapar todo.
Esto NO está dirigido a ti, son mis propias experiencias y percepciones.