Pues los míos son molestos y ruidosos. Para eso nos mudamos a una zona residencial donde los vecinos tienen niños o los tendrán. Bueno, nuestros vecinos de la derecha se están jubilando, pero, ¿quién tiene una ex-pastora como vecina que es como una bolita de algodón en cuanto al carácter?
En la casa pueden correr sin que al de abajo se le caiga el techo sobre la cabeza.
Afuera pueden jugar, también fuerte, porque para los niños es lo natural. Las excepciones son los domingos y días festivos. Y los tiempos de descanso en general.
La mía también es ruidosa. Siento que con cada semana que cierran la guardería se pone más ruidosa.
Los míos también son muy ruidosos. La niña grita sin parar en lugar de hablar. Tampoco se encuentran, sino que gritan dentro de la casa cuando pasa algo. Para mí, la educación también debe enseñar al niño que no está solo en el mundo. Que no es necesario gritar constantemente y, de hacerlo, que sea adentro. Pero si en lugar de educación solo se entiende cuidado, para mí eso no tiene sentido. Probablemente no haya base para un acuerdo. Ayer estaba en el jardín recostada en la tumbona y puse la música tan alta que no los escuchaba. Entonces la mocosa se pone varias veces junto a la cerca del jardín y grita algo que termina en "...vecinos". Ella prácticamente grita... yo le grité de vuelta si estaba demasiado alta... después fue soportable.
Una vecina sin hijos me dijo una vez: los niños jugando son reconfortantes, y tiene razón.
Pero hay diferencia entre jugar y gritar. ¡Eso también debe saber reconocerse quien cuida a los niños!
Yo no creo que eso sea lo correcto. Jugar sí, muy fuerte no. Me imagino que tampoco conoce la diferencia como padre de familia... no lo tome a mal, pero si uno reflexiona sobre los demás (vecinos o sus propios hijos) entonces presta atención a la diferencia.