Johannes1982
06.06.2023 21:39:34
- #1
La discusión se ha desviado bastante, pero sigue siendo interesante ;)
Nosotros también pertenecemos a la fracción 2. Camino educativo y puedo confirmar que en mi caso el interés por aprender llegó mucho más tarde. Ya en la escuela primaria era bastante perezoso y para mis padres era más importante que su hijo tuviera tiempo libre y no tuviera que lidiar con los estudios por la tarde. Mis padres no estudiaron en la universidad. En la escuela secundaria técnica me entró el empeño en el último año, pero primero hice una formación profesional. Allí aprendí lo que significa estar todo el día sentado en una oficina haciendo tareas bastante aburridas. Por eso volví al colegio para obtener el bachillerato. El tiempo en la escuela me abrió perspectivas completamente nuevas y así continuó… con mi esposa el camino de vida fue muy similar.
La motivación, según mi experiencia, debe ser intrínseca y muchas veces depende de la edad y el entorno. Seguramente no hubiera podido con el bachillerato a los 11 o 12 años, y no hubiera podido preguntar a nadie de mi entorno (excepto a mi padre) si se ponía difícil.
Pero para enlazar con la construcción de la casa: hoy podemos ganar bien, pero sin el capital propio correspondiente o una herencia es mucho más difícil construir una casa. Todos en mi grupo de amigos que tienen casa propia, hayan estudiado o no, recibieron considerables apoyos económicos de sus padres. Y por cierto, las personas que no estudiaron y siguieron trabajando desde la formación profesional económicamente están mejor... La educación no es todo!
Por otro lado, deseo para mis hijos que algún día vayan directamente al bachillerato. Tengo la sensación de que todavía me faltan tanto la educación general como la formación lingüística. Eso no se pudo recuperar en los dos años de escuela después de la formación profesional… pero el mayor ya muestra en primero de primaria poca disposición. No tiene motivación, claro, no vale la pena luchar por algo porque aparentemente todo está disponible en casa. Pero también otros niños en tercero o cuarto grado suelen decir que no quieren ir al bachillerato porque han oído que hay más carga que en la escuela secundaria técnica, etc.
Probablemente no soy un experto en educación, pero ¿cómo se transmite el gusto por aprender, que otros sí tienen? Mis colegas que han ido al bachillerato siempre me cuentan la alegría con la que en la primaria hacían sus cuadernos de acertijos y ejercicios de matemáticas, etc. Esa alegría no la veo en mis hijos. Lo escribo porque aquí alguien dijo que el hijo de un profesor era bastante perezoso… eso me hizo sonreír.
Nosotros también pertenecemos a la fracción 2. Camino educativo y puedo confirmar que en mi caso el interés por aprender llegó mucho más tarde. Ya en la escuela primaria era bastante perezoso y para mis padres era más importante que su hijo tuviera tiempo libre y no tuviera que lidiar con los estudios por la tarde. Mis padres no estudiaron en la universidad. En la escuela secundaria técnica me entró el empeño en el último año, pero primero hice una formación profesional. Allí aprendí lo que significa estar todo el día sentado en una oficina haciendo tareas bastante aburridas. Por eso volví al colegio para obtener el bachillerato. El tiempo en la escuela me abrió perspectivas completamente nuevas y así continuó… con mi esposa el camino de vida fue muy similar.
La motivación, según mi experiencia, debe ser intrínseca y muchas veces depende de la edad y el entorno. Seguramente no hubiera podido con el bachillerato a los 11 o 12 años, y no hubiera podido preguntar a nadie de mi entorno (excepto a mi padre) si se ponía difícil.
Pero para enlazar con la construcción de la casa: hoy podemos ganar bien, pero sin el capital propio correspondiente o una herencia es mucho más difícil construir una casa. Todos en mi grupo de amigos que tienen casa propia, hayan estudiado o no, recibieron considerables apoyos económicos de sus padres. Y por cierto, las personas que no estudiaron y siguieron trabajando desde la formación profesional económicamente están mejor... La educación no es todo!
Por otro lado, deseo para mis hijos que algún día vayan directamente al bachillerato. Tengo la sensación de que todavía me faltan tanto la educación general como la formación lingüística. Eso no se pudo recuperar en los dos años de escuela después de la formación profesional… pero el mayor ya muestra en primero de primaria poca disposición. No tiene motivación, claro, no vale la pena luchar por algo porque aparentemente todo está disponible en casa. Pero también otros niños en tercero o cuarto grado suelen decir que no quieren ir al bachillerato porque han oído que hay más carga que en la escuela secundaria técnica, etc.
Probablemente no soy un experto en educación, pero ¿cómo se transmite el gusto por aprender, que otros sí tienen? Mis colegas que han ido al bachillerato siempre me cuentan la alegría con la que en la primaria hacían sus cuadernos de acertijos y ejercicios de matemáticas, etc. Esa alegría no la veo en mis hijos. Lo escribo porque aquí alguien dijo que el hijo de un profesor era bastante perezoso… eso me hizo sonreír.