Discusión interesante, aunque no se pregunta, también voy a dar mi opinión.
Crecí en un pueblo cuando era niño, no había nada, excepto granjas y una tienda de barrio. Quizás 200 habitantes. Tampoco había teléfonos móviles ni internet, entonces crecer en el pueblo era perfecto. Siempre estábamos afuera, por la noche jugábamos a balón prisionero y al fútbol en la calle principal con los demás niños. Cada media hora pasaba quizá un coche. Sin embargo, hace muchos muchos años que no veo eso, ni siquiera en el pueblo.
Para comprar se iba a la tienda de barrio o se obtenían los alimentos directamente de la granja. Para médicos, asociaciones y demás había que conducir entre 5 y 15 km.
Viví en la gran ciudad durante 6 años cuando tenía casi 30. Fue también una buena época, pero no podría imaginar envejecer en la ciudad ni criar allí a mis hijos.
Mi esposa creció similar a mí. Para nosotros estaba claro que volveríamos al campo.
Encontramos la solución perfecta para nosotros en una pequeña ciudad de 8,000 habitantes. Vivimos muy cerca de la naturaleza (a 50 m en línea recta), hay supermercados en el pueblo a unos 400 m en línea recta (Rewe, Lidl, Norma), además Rossmann, Quickschuh, Takko, NKD, Tedi (estos últimos casi no los he visto por dentro, pero a quien le guste), varios panaderos, carniceros, tienda de especias, tienda de muebles, estudio de cocina, médicos, algunos restaurantes, puestos de döner, pizzerías, heladería, gasolinera, club deportivo con muchas disciplinas posibles, 4 jardines de infancia, escuela primaria y secundaria básica, escuela intermedia, además de varios grandes empleadores. Así que casi todo está disponible salvo ferretería. Sin embargo, también hay varias ferreterías en un radio de 10 km. Además, la localidad más grande con más de 40,000 habitantes está a 10 minutos, la metrópolis más cercana a 45 minutos en coche. Entrada a la autopista a 5 minutos, incluso con un pequeño outlet.
No nos falta de nada allí, la gente se conoce y se saluda, se mantiene buena vecindad y así se tiene todavía la sensación de vivir en un pueblo, pero con casi todas las ventajas de una ciudad. Solo para los adolescentes rebeldes no hay mucho que ofrecer, hay que admitirlo, pero ellos también crecen aquí.
La depreciación de una propiedad aquí debería mantenerse dentro de límites razonables.