Ah, vale, quizás exageré un poco.
Aunque el rendimiento no desaparece, vuelve al Estado, que, como tú mismo dices, también tiene que rendir cuentas. ;)
Pues yo también estaría satisfecho con un 80%.
En realidad, se necesitaría un método impecable para separar el rendimiento. O sea, ¿qué ha logrado realmente el acaudalado, qué ha aportado el Estado, qué los empleados, qué fue simplemente suerte? Entonces también se podría implementar un impuesto a la suerte (¡no impuesto a la felicidad!).
Dejando aparte los pros y los contras.
En realidad me parece una lástima que el rendimiento en nuestra sociedad solo (mayormente) se reconozca económicamente.
¿Por qué no nos basta con el reconocimiento, el prestigio, la fama y el honor o simplemente con haber creado algo bueno? Creo que habría que abordarlo desde el punto de vista cultural.
Porque actualmente ese es nuestro sistema económico. Nadie sabe si seguirá siendo así. De todas formas, solo tenemos un horizonte muy limitado.
Y no es que uno reciba dinero solo por el rendimiento. Más bien, se puede ganar dinero haciéndose difícil de reemplazar y/o asumiendo riesgos. Todo el mundo tiene la oportunidad de hacerse autónomo y "explotar" a los empleados, o especializarse tanto como para poder ganar mucho dinero.
En mi opinión, el Estado debe encargarse de la seguridad, el orden y la garantía de necesidades básicas como la supervivencia y la salud. Del resto debe mantenerse al margen. Percibo que Alemania está demasiado burocratizada y sobreregulada.
Además, en los últimos años Alemania se ha refinanciado a un costo extremadamente bajo y ahora se beneficia masivamente de la inflación.
Si ahora consiguiera gestionar la economía de manera eficiente, no necesitaríamos nuevos impuestos especiales y podríamos invertir fácilmente en la transición energética y en otros campos problemáticos del futuro.