La discusión ya la tuvimos aquí una vez. Muy interesante. Las personas que no ceden de su punto de vista se toman demasiado en serio.
Pero si las disputas son por cosas sin importancia como el tipo de baldosas, el problema está en otro lado.
Sí, pero no necesariamente en la relación, sino cada uno consigo mismo.
Baldosas, color de las ventanas, etc. pp.: Todo tonterías, sobre las cuales se puede discutir, pero no pelear,
Así es: sea gris claro o gris oscuro, ¡me da igual!
Quien no pueda manejar estas pequeñas tonterías no debería construir juntos, porque no están destinados a estar juntos a largo plazo.
No necesariamente. Cada uno debería cuestionarse por qué su opinión vale más. Lamentablemente, esto no se puede analizar fácilmente en la persona...
Sentido de equipo
... eso es lo que hace que uno ceda para ver feliz al otro.
No poder acordar "hasta hoy" (¿cuánto tiempo lleva eso?) ni siquiera en un detalle como una baldosa, no es una pelea ni una discusión, es simplemente un problema que indica problemas aún más profundos, que una pareja que construye no debería tener...
¡Claro! Posiblemente un tema de poder. Aún no se ha encontrado el rol adecuado en la relación.
Y aquí algunos consejos de alguien que aunque lidera en decoración y diseño, tiene un hombre que también tiene sus propias ideas y puede ser muy, muy terco y cabezota. Solo puedo dar consejos aproximados, porque cada persona reacciona diferente.
Antes, visitar una exposición de baldosas y tantear a la pareja.
Primero mate o brillante, grande o pequeño... ahí la parte más creativa se imagina cosas... y suele haber luego baldosas que satisfacen a ambos. Luego se escogen amateurs y accesorios acorde con ellas y no según el «gusto». Por supuesto, también deben verse bien.
El mayor error es tener ideas muy precisas de antemano, que al no coincidir, tienen que acabar en un escándalo. Hay tantas baldosas diferentes (lo mismo vale para pavimentos, etc.) que hay que llamar trastorno de personalidad si no hay un intersección que atraiga a ambos...
También hay que estar abierto a lo nuevo... no descartar inmediatamente, por ejemplo, nuevos colores...
Hay cosas que no son importantes. Ahí se puede ceder bien la decisión.
En realidad, al final da igual si orinas en angular o redondo, si colocas mosaico o formatos grandes en las paredes.
Pero ya veo que hablo fácil. Si tuviera una pareja que insistiera en algo feo o anticuado y se pusiera tan cabezota como un niño para imponerlo, también tendría un problema. Pero entonces probablemente no habría construido una casa con él.
Hablen antes de este tipo de problemas, antes de ponerse irracionales en el lugar. Concédanse espacios para decidir si ambos son demasiado dominantes.
Sean libres desde antes en la idea de cómo algo DEBE ser. No hay DEBEN, hay PUEDE, hay PERMITE...