hausnrplus25
06.08.2020 20:55:19
- #1
Hemos visitado tres estudios de cocina. En uno de ellos todavía estamos esperando la oferta.
En el primer estudio de cocina se tomaron muchísimo tiempo y el asesor fue exactamente eso -> asesor y no solo un vendedor. Se esforzó mucho y fue creativo para cumplir todos nuestros deseos e ideas. No nos intentó vender nada a la fuerza ni ejerció presión para comprar. Ya hemos pasado con él una vez 2 horas y otra vez 5 horas, sin que haya ganado un centavo con nosotros ni pueda estar seguro de que lo hará en el futuro.
En el segundo fue todo rápido, cada vez que expresábamos una duda "todavía no sabemos si A o B" él respondía algo como "sí, ambos tienen ventajas y desventajas -> TÚ tienes que decir qué quieres" ... al final salió un precio similar, pero no hubo ninguna simpatía. Por eso descartamos ese estudio.
Con el asesor del estudio tres también nos comunicamos de forma algo descoordinada durante la mitad de la conversación. Pero todavía estamos esperando el precio. Si este no es significativamente inferior al primero, para nosotros el tema estará cerrado.
Aparte de eso, siempre se puede ir con una oferta externa al favorito y decir: Queremos comprar AQUÍ, pero ¿hasta qué punto pueden acercarse a su precio? Por supuesto, solo funciona si la cocina es equivalente.
Seguimos pidiendo también el precio de la cocina sin electrodomésticos. Porque en los electrodomésticos es donde vemos mayor potencial de ahorro y opciones para decidir. No queremos renunciar a un armario ni cambiar una U por una L. Pero si será el lavavajillas Siemens o Neff, podemos hablar después cuando calculemos el presupuesto total de la cocina. Pero si uno no sabe cuánto cuestan en general todos los armarios que quiere tener, tampoco puede tomar esa decisión. O, por ejemplo, nos inclinamos por frentes tipo cassette, pero también pedimos el recargo que tienen respecto a frentes lisos.
Así podemos ver si realmente nos vale la pena o no sin necesidad de modificar la cocina fundamentalmente.
Para poder hacer comparaciones, siempre puedes volver a un estudio de cocina anterior y ajustar tu planificación. Que uno piense después de la cita y quizás tenga una idea complementaria no es nada raro.
¡Queremos premiar la paciencia, la creatividad y la atención individual hacia nosotros/la amabilidad con el cliente!
Al final eso para nosotros es más importante que quizás ahorrar 1.000 €. Si son varios miles, claro que hay que negociar de nuevo o presentar la otra oferta...
En el primer estudio de cocina se tomaron muchísimo tiempo y el asesor fue exactamente eso -> asesor y no solo un vendedor. Se esforzó mucho y fue creativo para cumplir todos nuestros deseos e ideas. No nos intentó vender nada a la fuerza ni ejerció presión para comprar. Ya hemos pasado con él una vez 2 horas y otra vez 5 horas, sin que haya ganado un centavo con nosotros ni pueda estar seguro de que lo hará en el futuro.
En el segundo fue todo rápido, cada vez que expresábamos una duda "todavía no sabemos si A o B" él respondía algo como "sí, ambos tienen ventajas y desventajas -> TÚ tienes que decir qué quieres" ... al final salió un precio similar, pero no hubo ninguna simpatía. Por eso descartamos ese estudio.
Con el asesor del estudio tres también nos comunicamos de forma algo descoordinada durante la mitad de la conversación. Pero todavía estamos esperando el precio. Si este no es significativamente inferior al primero, para nosotros el tema estará cerrado.
Aparte de eso, siempre se puede ir con una oferta externa al favorito y decir: Queremos comprar AQUÍ, pero ¿hasta qué punto pueden acercarse a su precio? Por supuesto, solo funciona si la cocina es equivalente.
Seguimos pidiendo también el precio de la cocina sin electrodomésticos. Porque en los electrodomésticos es donde vemos mayor potencial de ahorro y opciones para decidir. No queremos renunciar a un armario ni cambiar una U por una L. Pero si será el lavavajillas Siemens o Neff, podemos hablar después cuando calculemos el presupuesto total de la cocina. Pero si uno no sabe cuánto cuestan en general todos los armarios que quiere tener, tampoco puede tomar esa decisión. O, por ejemplo, nos inclinamos por frentes tipo cassette, pero también pedimos el recargo que tienen respecto a frentes lisos.
Así podemos ver si realmente nos vale la pena o no sin necesidad de modificar la cocina fundamentalmente.
Para poder hacer comparaciones, siempre puedes volver a un estudio de cocina anterior y ajustar tu planificación. Que uno piense después de la cita y quizás tenga una idea complementaria no es nada raro.
¡Queremos premiar la paciencia, la creatividad y la atención individual hacia nosotros/la amabilidad con el cliente!
Al final eso para nosotros es más importante que quizás ahorrar 1.000 €. Si son varios miles, claro que hay que negociar de nuevo o presentar la otra oferta...