En mi ciudad se demolió un edificio escolar y el terreno se dividió en ocho parcelas para construcción. Primero se subastaron las cuatro de un lado, mediante un procedimiento de licitación. Sin embargo, en ellas hay cuatro casas unifamiliares individuales. Las otras cuatro siguieron más tarde, porque estaban junto a la antigua calle de acceso, que no era una calle oficial, es decir, primero tuvo que adquirir ese estatus. Por eso, un año después: tres de las cuatro parcelas fueron adquiridas, nuevamente mediante procedimiento de licitación, por un promotor local (de reputación dudosa y que ya ha resurgido varias veces de las cenizas de la bancarrota con un nombre nuevo, tipo para el que es imprescindible tener un experto propio para supervisar) y se construyeron casas pareadas siempre iguales. En la cuarta parcela hay una casa unifamiliar considerablemente grande, donde además se realizaron al mismo tiempo el jardín completo, las instalaciones exteriores, el garaje... es decir, parece que hay buen dinero detrás. La mitad de una casa pareada se puede comprar ahora, con la franja de terreno necesaria como parcela (el resto está edificado), por 400.000 €.