11ant y KarlaHollerbach, tenemos que aceptarlo, como es una moda, nosotros, los amantes del sobrio salón alemán antiguo con pared hacia la cocina, somos una pequeña minoría radical, el bloque negro de la escena de construcción de ahorros, el enemigo del estudio de cocina, unos anfitriones miserables que les dan a sus invitados una pizza para llevar y luego usan las cajas como ceniceros, y después de 14 minutos de consumo de alimentos obligan a los visitantes a un cubalibre. Venceremos. Viva la revulocion....ahora me pongo a los Toten Hosen, me agarro un Mars, un trago y escucho atentamente la canción de Bayern, cuando llegue mi mujer a casa, cambio a Bonny and Clyde... robamos dos, tres, cuatro, cinco bancos, eso le encanta. Karsten