¿Es tan inusual el cálculo de la carga térmica? Nuestro contratista general afirma que soy el primero de sus clientes que lo exige, y eso con más de 25 casas al año.
Eso se debe a que la gran mayoría de los propietarios dedica más tiempo y esfuerzo mental a la selección vital del inodoro que a pensar en la tecnología de calefacción, que solo es un poco más cara. Además, uno pasa más tiempo sentado en el inodoro que sobre la calefacción. Pero con la calefacción por suelo radiante, todos se desvían de esta lógica y no pierden ni un poco de tiempo en ello (quizás un poco en la selección de la unidad de recuperación de calor), ya que el suelo se toca sobre todo con los pies y uno está sentado en el sillón...
Le mencioné que siempre habíamos hablado del cálculo y de la temperatura de impulsión de 30°C. Entonces él dijo que nunca la habían necesitado y que el instalador de calefacción lo hace bien y correctamente. Temperaturas de impulsión de 30 a 35°C son normales. Si se refería a 30°C en la impulsión, eso debería significar que el suelo estaría tan caliente. No se puede controlar lo que entra en las tuberías de calefacción. Había entendido todo lo que habíamos hablado (y documentado por escrito) completamente mal.
Bueno, si se calcula y se construye para que a la temperatura ambiente normal (NAT) entren 30°C en la impulsión, entonces entran 30°C en la impulsión, ¿qué es lo que no se puede controlar? ¿Para qué sirven entonces los sensores térmicos y la electrónica de control?
Bueno, ahora he propuesto que pase el cálculo, por ejemplo, por Internet (Google+Heckmann) y luego instale la calefacción y elija la bomba de calor según eso.
¡Decisión muy, muy inteligente, hazlo así!
El contratista general y el instalador solo garantizan que la casa se calentará, no que todo ocurra de manera eficiente y con cuidado del material. Eso no lo conseguirías incluir en ningún contrato.
Por otro lado, lo peor que puede pasar es que los espacios de instalación sean demasiado estrechos o que la bomba de calor sea demasiado pequeña, ¿no? Entonces tendría que funcionar a una temperatura de impulsión más alta (= menos eficiente) y/o en el peor de los casos instalar una bomba de calor más grande, con costos adicionales e ineficiencias.
Para evitar eso, haces un cálculo de carga térmica y diseñas la calefacción por suelo radiante según el cálculo de carga térmica por habitación con la temperatura ambiente y de impulsión que tú determinas. También hay que tener en cuenta el caudal total para poder prescindir del acumulador hidráulico y la válvula de desbordamiento.
Pero ya estás en buen camino.