incluso nuestra abogada, que lleva más de 20 años dedicada únicamente al derecho de la construcción, siempre intenta resolver los problemas sin acudir a los tribunales, ya que solo las demandas por daños en el derecho médico son más laboriosas e impredecibles. Solo los costes de los peritos son un horror. Y no es que los aumentos de precios no existan.
Los aumentos de precios no son en realidad dudosos y la cuestión de si se repercuten correctamente en esa magnitud es en verdad un deporte de alto rendimiento para juristas especializados. Como comerciante, tengo toda mi comprensión hacia el proveedor. Y desde la práctica de asesoría para deudores incluso habría aconsejado dejar pasar algunas cosas y dejarse superar de manera moderada por el proveedor, permitirle un sobreprecio comercialmente imprescindible que también pase "por la vía del derecho del consumidor". Eso me parecería oportuno en la medida en que se pueda contribuir a mantener la relación con el socio contractual y no que en su lugar intervenga el administrador concursal; porque comparado con la experiencia con estos sujetos, una pequeña jugada sucia de un listo es como un juego de niños.
Donde realmente aprieto el puño en el bolsillo es en la comunicación deplorable, al no informar inmediatamente los aumentos de precios tras el fin de la garantía de precio. El puño en el bolsillo se convirtió en un cuchillo abierto cuando se dio el golpe a la clienta lo más cerca posible antes de la selección de la muestra. Pero eso también fue “solo” molesto al principio.
Veo la consumación de este robo en el momento en que lo mencionado más del 20% (véase el veintiuno coma cuatro como un valor simbólico de "debería haber salido calculado así de exacto y ajustado como sea posible") se convirtió en un truco ancla: aparentemente se lanzó a la discusión solo para que el quince por ciento permita que el pulso acelerado se recupere, y al mismo tiempo hacer que el socio contractual parezca un compañero humano que hace todo lo posible por moderar. En un público de estafadores y comisarios de policía, la sala estaría en ebullición y esta farsa recibiría ovaciones de pie permanentes.
En la situación de la aparente conferencia para la limitación de daños con un acuerdo posterior sobre el resultado que considero largamente planificado por la dirección, veo cumplidos elementos esenciales de una venta a domicilio. En la llamada entre abogados sospecho que la otra parte baja la cabeza culpablemente en los primeros dos minutos y está dispuesta tanto a una rescisión contractual amistosa como a un acuerdo a 0,6 puntos porcentuales para cada mes entre el fin de la garantía de precio y la entrega sin más demora. Por cómo valoro a , no le vale la bofetada para el "socio" poco deportivo tener que empezar de nuevo. Por ello creo que el segundo camino es el más recomendable y también prometedor. No me sorprendería que el asesor jurídico de la otra parte se sintiera personalmente alcanzado. Conozco demasiado bien a esta camada como para esperar camisas limpias bajo las togas ;-)
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Yo he tenido exclusivamente otras experiencias... ahí se rechazan categóricamente incluso las conversaciones. Simplemente se espera y la solución para estos sinvergüenzas es: trágatelo o muere.
Sí que hace una diferencia considerable si llama un abogado o el cliente mismo. Un jurista no se deja convencer tan fácilmente de que su balsa solo puede volcar desde el principio. El cliente mismo en alta mar se asusta anticipadamente y se ve sin posibilidades frente a la ballena.