He financiado mi casa de alquiler con un contrato de ahorro para la vivienda. No estuvo nada mal.
El 3,25 por ciento de interés para el préstamo era entonces super barato. Y sigo teniendo un 1,5 por ciento de interés en el saldo. Todavía. ¿Dónde está el problema?
Efectivamente, eso eran entonces 1,75 de interés para el préstamo. En 2010 no existía otra cosa así.
El precio de compra también podría haberse pagado con capital propio. Pero, considerando los intereses muy bajos y las ventajas fiscales de entonces, así como ciertas incertidumbres, preferimos tener buena liquidez. Por eso financiamos el 80 por ciento del precio de compra con 2 contratos de ahorro para la vivienda.
1 x como crédito y 1 x como saldo. Se planeó un plazo de 13 años, después de 7 podríamos haber cancelado. Como teníamos suficiente dinero, amortizamos el crédito en 7 años. Tampoco importa.
En el contrato de ahorro para la vivienda con saldo sigo teniendo ahora un 1,5 por ciento de interés y 50.000 euros ahí. Eso significa concretamente intereses anuales de 750 euros. Para los tiempos actuales, sensacional. Espero que no me lo cancelen.
Aunque no conozco las condiciones actuales, mis experiencias con los contratos de ahorro para la vivienda siguen siendo extremadamente positivas.
Y aunque ya no necesito el contrato de ahorro para la vivienda, sigo ingresando cada mes algo así como 320 euros. Mientras se pueda.
Inflación, sí, de alguna manera sí. Si en algún lugar hay pronto más intereses para saldos, simplemente cambio. Pero eso aún no se puede prever.
En un banco normal ahora tendría que pagar intereses negativos por la suma.
Sigue siendo así. Hay que tener un contrato de ahorro para la vivienda.