Oetti
25.06.2020 14:06:43
- #1
¡Así es!
Siempre se trata de una consideración global, especialmente también del estilo de vida personal. Ese es el consenso mayoritario aquí.
Mis padres, por ejemplo, ni siquiera conocían la palabra ecología. En aquel entonces, en el jardín se usaban en parte productos tóxicos hoy prohibidos, entre otros medios, y las casas casi sin aislamiento se calentaban con petróleo o leña. Todo eso no fue hace mucho tiempo.
Y sin embargo, en su balance ecológico general lograron valores que ninguno de nosotros hoy siquiera se acercaría a alcanzar y mucho menos querría.
Sin automóvil, sin viajes, verduras y frutas solo del jardín, el bosque o de vecinos, poca carne y, si la había, sacrificada por ellos mismos, pasta hecha en casa y ningún consumo innecesario ni tecnología que consume energía, etc...
Esto no quiere ser el conocido canto de alabanza "Antes todo era mejor", porque no lo fue así y me gustan la innovación, una vida agradable y las cosas bonitas.
Pero esta generación realmente podría llamarse súper ecológica en su balance general, dado que eso era para ellos una vida normal y posible.
Si comparo eso con nuestro consumo actual (también el mío), ninguno de nosotros podría considerarse actuar ecológicamente, con o sin certificado.
Por eso veo todos estos certificados con escepticismo, ya que nuestro estilo de vida habitual hoy en día no puede ser ecológico en absoluto.
Tendríamos que renunciar a muchas comodidades (lo cual haría con poca voluntad) y muchos simplemente no podrían hacerlo.
Debemos ser honestos con nosotros mismos, con o sin KfW o lo que sea.
Lo mejor es que cada uno comience por sí mismo...
Me alegro de cada acción que preserve la naturaleza; por ejemplo, voy a dejar mi terreno casi sin modificar, simplemente como pradera, tal como está. Pero soy consciente de que ya la máquina excavadora que hace la excavación provoca un daño casi irreversible al ecosistema de esta hermosa y amplia pradera, sin importar si construyo un aparcamiento, un parque infantil o una casa encima.
Principalmente me molestaban las conversaciones de barra que dicen que los acumuladores de baterías (ya sea en el coche o en la casa) son lo peor del mundo y que los motores de combustión son la solución a todos los problemas ambientales y que en la fabricación y operación son prácticamente incluso ecológicos y que la solución de baterías es mala.