¿Qué tal si revisamos si todo está correcto? Tal vez los datos para el cálculo no sean precisos. Por cierto, para nosotros el impuesto predial casi se ha reducido a la mitad.
Personalmente, no acepto los aumentos de precios tan fácilmente. ¿Por qué iba a hacerlo? Claro, no puedo bajar el precio de la gasolina y si los productos lácteos se encarecen, no dejo de consumirlos por completo. Pero casi siempre hay alternativas. Ya sea en seguros, electricidad, gas, servicios y, por supuesto, también en alimentos. Para las empresas siempre es más cómodo trasladar los costos aumentados a los clientes que esforzarse en optimizar. Generalmente eso solo se hace cuando los clientes se van o amenazan con hacerlo.
Para seguir con el tema de la mantequilla: en el futuro compraré más bien la marca propia en lugar del producto de marca y/o reduciré el consumo.
En los últimos años he recibido aumentos salariales que superan claramente la tasa de inflación, pero si aceptas cada aumento de precio, al final no queda nada.