Quizás otro intento más para apelar a tu paciencia, con un ejemplo práctico de mi parte:
Trabajo profesionalmente en un ambiente absolutamente hostil para la vida: acero candente, niveles de ruido superiores a 80db, en verano más de 45 grados de calor en el pasillo de la fábrica (donde, confesamente, no estoy más de aproximadamente una hora al día), piezas móviles pesadas por todas partes que pueden aplastar mortalmente si no se presta atención, aceite y polvo que solo salen de la ropa con un cepillo de uñas. Y ¿qué puedo decir?: cuando hace medio año cambié de trabajo, al final estaba bastante nostálgico y en realidad me parecía bastante bonito allí. El ser humano es un animal de costumbres, de lo contrario no hubiéramos sobrevivido. Si te mudas al desierto o al Ártico, seguramente encontrarás el entorno bonito después de no más de un año. De lo contrario, todos nuestros antepasados habrían sufrido burnout, porque no tenían elección. Creo que la psique funciona así: en un entorno nuevo, tu cuerpo te advierte constantemente de los nuevos peligros, en vuestro caso, el ruido. Con el tiempo aprende que no es un peligro, y vuelves a ver las cosas bonitas. Al final ya no veía la suciedad sino solo la técnica y las personas allí.
¡Dad a vuestros oídos y a vuestro cerebro un poco de tiempo!
Y un consejo no del todo serio, libremente inspirado en Rambo: "si quieres sobrevivir a la guerra, tienes que convertirte tú mismo en la guerra". En otras palabras: aprended a tocar la batería o la trompeta. Entonces, para vosotros la autopista quizá rápidamente sea una calle que ni siquiera suena tan fuerte.