Evolith
19.07.2018 11:57:39
- #1
El chico ya puede intervenir con firmeza. Caso ficticio: va a la abuela y la insiste una y otra vez para que le dé el poder sobre sus recursos financieros, por si ella ya no puede más. Porque a su novia (¡no esposa!) no quiere someterla a ese estrés y él de todos modos se encarga de todo lo relacionado con el dinero en su casa. Para eso sería lógico que él también apareciera en el registro de la propiedad, para que más tarde, en caso de herencia, haya alguien que pueda vender rápido y luego repartirlo justamente entre los herederos. Cada uno de nosotros se llevaría la mano a la frente. Pero la abuela, que tampoco quiere ser una carga para nadie y ya no piensa con tanta claridad, cae en su trampa y zas, el asunto está resuelto. Creo que ahora simplemente creo a Kaho cuando dice que ese tipo es un tonto. Su tía sí es una persona amable, pero muy sumisa con su amigo (¡no esposo!). No puede tomar medidas reales, pero tal vez acercarse con más atención para averiguar hacia dónde apunta el señor y sensibilizar a la abuela. Me doy cuenta con mi abuela de lo fácil que es manipularla. Además, ahora tiene una hemorragia cerebral procesada. Ya no puede ordenar muchas cosas en su cabeza. Mi madre y mi tía (esposa del hijo de mi abuela) tienen el poder financiero total. Lo hablaron con la abuela tomando café y pastel y zas, lo consiguieron. Claro que sabemos que lo manejan con responsabilidad y que ambas podrían controlarse mutuamente. Pero aun así, mi tía o mi madre podrían ahora vaciar la cuenta (que no es poca cosa) y mudarse a las Baleares. En nuestra última visita mencioné de pasada lo que aún tenemos que conseguir para nuestro hijo (en realidad para tranquilizar a mi abuela, diciéndole que es una cantidad ridículamente pequeña). Mi abuela quiso transferirme inmediatamente 5000 € para que pudiéramos montar la habitación del niño. Le di las gracias amablemente y cambié de tema. Por suerte lo olvidó rápido. Engañar a queridas abuelitas viejas es algo que se hace muy rápido.