Nosotros mismos estuvimos ante la decisión y lo dejamos al azar. Yo prefería vender y mi esposo alquilar. No tenía ganas de "hacer de arrendador" y soy más bien pesimista por naturaleza.
Poco antes de la guerra habíamos dejado todo preparado y poco después publicamos el anuncio (con un pequeño margen de negociación). Todos decían antes de la guerra que se vendería inmediatamente... Al final, la primera visita fue después de 3 semanas con una negativa y luego mucho tiempo sin nada. La respuesta también fue bastante tímida. A pesar de la excelente ubicación, el piso de 4 habitaciones, la maisonette, las plazas de aparcamiento...
No obstante, nuestro precio estaba bastante alto.
Estaba realmente frustrada. La segunda visita en junio fue exitosa y pudimos formalizar la venta ante notario en agosto. Mi esposo ahora también está muy contento. Pudimos elegir algunos caprichos para la nueva casa gracias a un buen beneficio sin remordimientos y ahora tenemos algo de colchón por si pasa algo inesperado.
La cancelación anticipada fue sorprendentemente de 0€ :)