Lo único que diría es que, cuanto más ajustada sea la financiación y peor sea el porcentaje de préstamo sobre el valor, más larga debería ser la duración del tipo de interés fijo.
Pero eso también significa que los que construyen una casa con recursos financieros relativamente limitados deberían elegir la variante de financiación más cara.
En todo caso, uno debería conocer ya los diferentes costos. Aquí se suele leer con frecuencia "Los 20 años apenas fueron más caros que los 15 años". Siempre espero que la gente conozca la cifra absoluta real.
Solo eché un vistazo rápido en biallo para un crédito de 400.000 € con un 80 % de préstamo sobre valor en el ejemplo de la HVB, solo para mostrar las diferencias
10 años 1,26 %
15 años 1,65 %
20 años 1,89 %
Si solo se ve esto así, en mi opinión se descarta el de 15 años.
Partiendo de una cuota mensual de 1.500 euros, se puede comparar el balance tras 15 años. En ese momento, el préstamo a 20 años ya ha costado 13.000 euros más, o bien la deuda residual del préstamo a 15 años es 13.000 euros menor. A cambio, algunos construyen sus exteriores. Esto no es una valoración.
Hemos financiado una cantidad muy similar a condiciones muy similares durante 10 años, aunque tras la mudanza solo quedan 9 años, y ahora solo 8. Estamos muy satisfechos con ello. Si dentro de 8 años los intereses son mucho más altos, el dinero ahorrado podría perderse, aunque en las nuevas negociaciones el porcentaje de préstamo sobre valor es mucho, mucho mejor, por lo que lo veo con optimismo. Además, podríamos permitirnos una cuota más alta sin problema. Si los intereses subieran a más del 5 %, los constructores de casas con préstamos a plazo fijo completo, naturalmente, se burlarían de la decisión acertada tomada con los préstamos a 10 años. Eso nunca sería al revés, porque el consumidor alemán típico tiene una percepción bastante distorsionada de lo que realmente cuesta evitar riesgos, o bien no considera los medios necesarios para ello como un coste controlable, sino simplemente como un mal necesario. En la planificación financiera, siempre se hacen varias cuentas sobre ingresos y gastos, rendimientos, costes de intereses y deuda residual. Pero, estimo, no se realiza un análisis profundo de diferentes escenarios futuros, con sus probabilidades y sus consecuencias. Dicho de otra forma: el análisis de riesgos termina en la pregunta de si todavía se puede afrontar la cuota cuando llegue un hijo.