Así que realmente a nivel del suelo, casi sin umbral de dentro hacia afuera, me falta un poco la imaginación, ya que el ala de la ventana tiene que presionar contra algún tipo de marco para cerrar herméticamente. Y al menos ese solapamiento, en mi opinión, se tiene en cualquier caso. Eso se puede minimizar, pero realmente todos los oficios (desde el constructor bruto, pasando por el solador de capa base, hasta el colocador de baldosas/suelo y, por supuesto, también el fabricante/instalador de ventanas y el jardinero) tienen que trabajar con tolerancias mínimas.
Que la terraza se introduzca en el hueco debe ser logrado por el jardinero o por quien construya la terraza. En este caso, en la conexión con la ventana hay que prestar atención a la correcta impermeabilización. Un punto de disputa muy frecuente entre los oficios. Porque esto, en teoría, puede hacerlo desde el instalador de ventanas, pasando por el enlucidor y el jardinero, hasta el techador (curioso, pero él se maneja muy bien con las impermeabilizaciones). Solo debe estar definido quién debe hacerlo y cómo exactamente (para qué ejecución).
Lo más fácil es si ya se sabe de antemano para cada ventana cómo se quiere tener.
Entonces el contratista puede incorporarlo ya en sus planes y un contratista general/contratista principal elegirá al subcontratista adecuado para los respectivos trabajos. Un arquitecto lo tiene en cuenta en los concursos.
Se complica cuando la terraza, como suele ser frecuente, es trabajo propio. Porque entonces se puede contar con que los otros oficios hagan lo mínimo posible...