Tampoco es de extrañar. Si no se puede asumir un gran amor por los árboles, entonces el comprador típico de una parcela así es más bien alguien que tiene que cuidar sus euros y está contento de conseguir una parcela en absoluto. Pero precisamente este no es alguien que luego construya un palacio arquitectónico exacto al centímetro allí (es decir: que pueda pagarlo). Un círculo vicioso.
¿Por qué asumes que tenemos que cuidar el euro? ¿Por la vivienda planeada para inquilinos? Independientemente de eso, por supuesto, es totalmente legítimo. Hemos ganado el dinero, no lo hemos heredado ni nada por el estilo...