Pues yo estoy en contra de una cocina abierta. Entonces, si alguien es vegano y por la noche come un yogur seguido de una ensalada de rúcula, bueno, esa persona también puede tener una cocina abierta. Pero si la mamá cocina platos contundentes, el panadero de Navidad está activo y, por tradición, todo sucede en la cocina, entonces el área de la cocina debería mantenerse cerrada.
La grasa y la humedad se extienden por toda la casa. Y ni siquiera ayuda Bora. Todo depende del tamaño.
Pero hoy en día se cocina mucho menos. Más bien viene la comida a domicilio.
Nosotros tenemos una cocina cerrada de unos 30 metros cuadrados, con una mesa grande en el centro donde también comemos. La terraza está conectada con dos puertas. En verano, de todos modos, todos se sientan en la terraza. Además, cargar todo a través del salón también es incómodo.
Uno también quiere tener calor a veces. En pleno invierno, en nuestra cocina hace hasta 25 grados. No quiero prescindir de eso.
Y recuerden una cosa. Ustedes envejecen. Y cuanto más viejo eres, más sensible te vuelves a las corrientes de aire, al frío en general, etc. A los 30 no se nota nada de eso.
Hoy en día no es técnicamente posible calentar toda la casa a 25 grados.
Conozco gente con cocina abierta. Ellos en realidad tienen la cocina para cocinar en el sótano y está conectada con un pequeño ascensor a la cocina superior. Así, nunca tienen ollas sucias ni una estufa sucia alrededor.