Un poco fuera de tema sobre lo de la educación:
Pues yo fui un niño a quien le dieron todo sin ningún límite, por usar aquí la expresión coloquial. Mis padres siempre han sido trabajadores normales con ingresos medios, no había grandes lujos ni saltos enormes, pero dentro de sus posibilidades me dieron todo y se cumplía cualquier deseo que fuera posible. Se podría decir que me leían los deseos en los ojos. Tuve todos los juguetes y ropa y sí, también todos los teléfonos que quise. Me pagaron la licencia de conducir y para mi cumpleaños número 18 también me regalaron un coche (un Ford Fiesta nuevo pero con equipamiento mínimo). De niño y adolescente nunca tuve que trabajar por mi dinero, ni siquiera ayudar mucho en las tareas del hogar. Mis padres mismos dicen que no tuvieron una infancia bonita y que uno es adulto el tiempo suficiente y luego debe ganarse el dinero por sí mismo, por eso no quisieron imponer eso a sus hijos en la niñez y juventud. Querían que disfrutáramos nuestra infancia y adolescencia lo más libre y sin obligaciones posible. La parte seria de la vida vendría tarde o temprano. Amo mucho a mis padres por eso y tuve una infancia y juventud increíblemente maravillosa.
Aun así, siempre tuve claro (por supuesto a partir de cierta edad) que mis padres tenían que trabajar duro para las cosas que me compraban y que el dinero no crece en los árboles. Siempre aprecié lo que hicieron por mí y desde niño fui muy agradecido con ellos, porque también veía que otros niños no lo tenían tan "fácil" y mis amigos de juventud repartían periódicos y tenían que hacer mucho en casa, mientras yo tenía puro tiempo libre. Aproveché ese tiempo y estuve muy activo en varios deportes. Mis notas, sin embargo, solo fueron regulares y tampoco obtuve el bachillerato ni estudié en la universidad. Pero dudo que eso se deba a que mis padres me daban todo cuando era niño.
Nunca recibí mesada, pero podía siempre ir con mis padres cuando necesitaba dinero y me lo daban. Pero siempre supe hasta dónde era aceptable y creo que nunca abusé de ellos. Muchas veces mi padre quería darme más dinero del que yo realmente quería, y yo lo rechazaba agradecido porque no quería aprovecharme de su buena voluntad. Nunca se me ocurrió pedir cosas descontroladamente caras, no quería ropa de marca, ni una bicicleta o teléfono súper caro, solo cosas normales y estándar promedio.
Desde niño fui muy ahorrativo y cuidaba cada euro que tenía como un tesoro. Mientras mis amigas compraban la revista Bravo regularmente con su mesada, para mí era un desperdicio de dinero, prefería ahorrarlo. Sabía que hay que trabajar duro por el dinero, aunque en ese momento no tuve que hacerlo.
Por supuesto, empecé un aprendizaje o formación justo después de la escuela (como dije, sin bachillerato). Para mí fue natural. Nunca pensé en no trabajar porque mis padres me siguieran manteniendo. Con el pequeño salario de aprendiz (300 € mensuales) pagaba todas mis cosas (ropa, gasolina, productos de cosmética, ocio y actividades de tiempo libre, etc.), excepto la comida, que mis padres seguían pagando porque vivía en su casa.
Ahora tengo 26 años, he trabajado desde mi formación y hasta hice una segunda formación que también financié yo mismo incluyendo mi propio hogar (bueno, mis padres me pasaron el dinero de la asignación familiar en ese tiempo). Desde el principio empecé a ahorrar cualquier excedente de salario (claro, también me permití cosas como vacaciones y un teléfono nuevo – dentro de un cierto límite) y no tiraba cada euro por la ventana como conozco que hacen algunas personas que conocí, que fueron educadas muy diferente (tuvieron que repartir periódicos, etc.). Diría que mis padres lo hicieron bastante bien conmigo. No me convertí en una niña malcriada que no valora el dinero y que se cree superior y le pide dinero a sus padres regularmente. He intentado mantenerme lo antes posible de pie con mis propios medios.
No quiero decir que el método de educación de mis padres sea el correcto. Mucho menos para todos los niños. Pero quiero mostrar que no todos los niños que “lo recibieron todo” saben manejar el dinero. Eso siempre depende individualmente, no todos los niños que se ganaron su “lujo” aprenden a valorar el dinero luego, ni todos los que tuvieron todo se vuelven totalmente dependientes de los padres para siempre.
Yo no tengo hijos aún, pero me gustaría manejar algunas cosas de la educación de mis padres igual con mis futuros hijos, porque creo que hicieron un gran trabajo. Pero seguro no lo haré tan extremo, principalmente porque con el crédito de la casa probablemente no podremos permitirnos hacerlo.
Y bueno, ahora disculpen este rollo que escribí, pero como lectora silenciosa tenía que desahogarme.