Se reduce mentalmente la casa deseada en un 10-20%, se elimina el garaje doble y así se compensan las subidas de precios de los últimos años y vuelve a ser asequible.
La realidad es más bien así: se reduce la casa, pero no de inicio y en un 20%, sino en tres pasos tras una planificación, al menos supuestamente lista para construir, de un 5, 15 y 20%, y el garaje doble suele ser el punto más sagrado y, por tanto, el último recorte; no es raro que incluso se agrande para "ahorrar" un sótano, aunque esto requiera bloques L en un volumen de costos al menos igual, porque el terreno no coopera.