De un buen arquitecto espero, sin embargo, que me lo diga de inmediato. O que, en lugar de su diseño demasiado caro, traiga dos alternativas que al menos casi cumplan con el presupuesto. Por ejemplo, una que cumpla con el programa de espacios pero con menos equipamiento. Y otra que no cumpla con el programa de espacios, pero sí con el equipamiento. O simplemente una mezcla cualquiera entre ambos, pero que respete el presupuesto.
Así puedo decidir.
Por cierto, esto es lo que espero de todos los profesionales que desempeñan su trabajo. También, por ejemplo, de mis empleados y colegas que me apoyan...