hampshire
14.11.2021 11:45:21
- #1
Por ejemplo, realmente casi no me importa qué tan altos sean los espacios; lo importante para mí es que sean luminosos. Cómo se logra eso debería saberlo el arquitecto.
exactamente estas cosas son importantes. ¿Sois sensibles al calor en verano? ¿Disfrutáis del aroma del aire fresco exterior? ¿Hay que tener en cuenta alguna alergia? ¿Os movéis más bien de forma animada? ¿Cómo os comunicáis? ¿Os gusta jugar? ¿Qué encontráis "bonito" y qué no (las fotos con patrones ayudan al arquitecto, no tiene que ser coherente en sí mismo)? ¿Qué tan importante es la limpieza para vosotros? ¿Andáis con zapatos o siempre con calcetines por la casa? ¿Hay hobbies especiales? ¿Cómo pasáis el día, cómo la tarde, cómo un fin de semana exitoso? ¿Cómo un encuentro exitoso con amigos? ¿Qué hábitos y preferencias tenéis, incluso totalmente peculiares? ¿Dónde habéis disfrutado alguna vez un detalle arquitectónico y qué os produjo eso (por ejemplo, un lavabo especial o una entrada adicional para llegar a casa con un perro feliz y sucio en mal tiempo…)?
Todas estas cosas (lista totalmente incompleta) pueden ser mejor o peor apoyadas por una casa y de eso depende una buena arquitectura. Los requisitos prácticos basados en la experiencia (rutas de carrera, suficiente espacio pero sin desperdicio de habitaciones...) los aporta encantado el arquitecto.
¿No debería uno pasar de la lista de deseos a la lista de imprescindibles?
Absolutamente no. Nunca conseguirás un resultado excepcionalmente bueno si no lo buscas. Por eso tiene sentido no limitarse al principio, porque eso también reduce el proceso creativo. Sin este proceso de recopilar excesivamente sueños, deseos e ideas, más tarde no llegarás a una verdadera priorización adecuada, porque las condiciones siempre imponen ciertos límites.
La adjudicación directa (por cuenta propia) requiere experiencia, o hay que tener más suerte que sentido común para que no salga mal.
Desde mi punto de vista, en la adjudicación directa para promotores privados la clave es que conozcan bien su proyecto y, a través de su análisis, sepan exactamente para qué se hace qué y dónde. Y ese propósito se aclara con los procesos mencionados arriba de descubrir "Cómo quiero vivir" y "Qué apoya mi estilo de vida". Quien tenga la mente clara y sus prioridades claras, así como buenas habilidades comunicativas, y no se centre exclusivamente en el dinero y los plazos, sino también en las personas, puede afrontarlo sin problema alguno sin tener que depender de la suerte.
Y en casi nada se sobrevaloran más los aficionados que en el arte de realizar los trabajos propios justo a tiempo para no desordenar el proceso de construcción.
Absolutamente. El que sabe preparar un bistec excelente no está por eso capacitado para servirlo a tiempo para 20 personas dentro de un menú.