En aquel entonces habíamos pensado en elegir un plazo fijo de interés de 15 o 20 años.
Nos decidimos por 15 años y conscientemente elegimos una cuota un poco más baja, ya que también estaba prevista la baja por maternidad y no estaba claro con cuántas horas volvería a trabajar mi esposa después. Todo lo demás debería cubrirse luego mediante pagos extraordinarios. Creo que para nuestros cálculos ya habíamos incluido aproximadamente un 1,5% de pagos extraordinarios anuales garantizados después de la baja por maternidad.
Que ahora, 1,5 años después de la mudanza, ya hayamos hecho 3 veces el pago máximo del 5% extraordinario, con eso nunca habríamos contado antes. Esto se debió, por un lado, a que al final de la construcción quedó más capital disponible de lo esperado, pero también a ingresos aumentados. Mantener un 5% anual a largo plazo no podremos, porque en algún momento habrá que incrementar las reservas existentes, habrá que comprar un coche, etc.
Aun así, los pagos extraordinarios ya realizados han reducido la deuda restante después de 15 años a tal punto que un préstamo a 20 años nunca sería rentable.
Si realmente se está en condiciones de apartar cada mes una cierta cantidad X, entonces eso se puede perfectamente incluir en el cálculo. Pero no debe quedarse solo en el "querer". Para eso se necesita algo de disciplina y uno no debe engañarse a sí mismo con los gastos mensuales, sino que debe planificar suficiente margen para adquisiciones nuevas (coche, electrodomésticos, muebles, etc.), vacaciones y reparaciones.