Mi experiencia es la siguiente:
En aquel entonces, visitamos casas de tres diferentes promotores inmobiliarios (los precios incluían siempre el terreno y la casa habría tenido aproximadamente entre 110 y 120 m2 de superficie útil).
En el primer caso, la casa según la oferta estaba lista para entrar por 289.000 euros. Al analizarlo más de cerca, había una diferencia de aproximadamente 80.000 euros entre la oferta y nuestra idea de "lista para entrar", sin jardín. Con jardín, esta casa habría costado alrededor de 390.000 euros.
En el segundo, la oferta para casa + terreno era de aproximadamente 350.000 euros, pero sin exteriores, costes adicionales de construcción, costes de conexión ni amueblamiento. El precio final no se podía estimar claramente de antemano.
En el tercero recibimos una oferta detallada en varias páginas, en la que cada enchufe, moldura y todo estaba incluido, incluso el baño portátil para los obreros. Aquí el precio ofertado estaba en 500.000 euros más o menos un 10%.
La oferta más seria para nosotros fue la tercera, porque era la más completa y también listaba muchas posiciones que no teníamos en cuenta. Debido a estas tres ofertas, soy muy escéptico respecto a las ofertas de los promotores inmobiliarios. En aquel entonces también hicimos cálculos optimistas, pero finalmente lo dejamos cuando nos dimos cuenta de que debemos ser honestos con nosotros mismos si no queremos vivir financieramente al límite los próximos años.
Al principio queríamos también una habitación de invitados fija, idealmente con un pequeño baño privado. Finalmente, eso es un puro lujo que cuesta una pequeña fortuna. Hemos externalizado esa habitación. En nuestro complejo residencial hay dos apartamentos turísticos. Aquí la noche cuesta 55 euros y pueden alojarse cuatro personas cada uno. No vienen tantos familiares al año como para que la habitación de invitados con baño propio sea más barata...
Sigan ahorrando capital propio, mejoren su situación de ingresos y busquen un inmueble en su rango de precio.