Ya casi llego a los 60 y en su momento teníamos una casa adosada en esquina, que se vendió una vez porque se nos hizo demasiado grande y porque también tomamos caminos distintos. Hace cuatro años, junto con mi pareja, pensamos en comprarnos algo acogedor. Pero ya había mencionado en otro lugar que, cuando ya no esté, no quiero que mi hogar cuidadosamente arreglado se venda a cualquier precio, ni que nuestros hijos se peleen por ello. Que ellos, por favor, aunque también con nuestra ayuda, se construyan algo propio.
Otra razón que hablaba en contra es que no quiero atarme a un lugar.
Puede parecer egoísta, pero por favor, hemos trabajado duro y tenemos derecho a gastar nuestro dinero ganado en lo que nos guste, sea o no del agrado de la juventud. Tenemos el derecho, en cualquier forma que sea, de pasar nuestra vejez como queramos.
Así que si alguien quiere una casita con un bancal elevado al lado, ¿por qué no?
Nuestro sueño es justo después de que comience mi jubilación, dar la vuelta al mundo en un barco portacontenedores. :)
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Saludos, Sigi