Y si no derrocho mi propiedad, mis hijos de todas formas se benefician de ella. Aunque, desde mi punto de vista, tampoco es reprobable que los padres vendan su propiedad y vivan del beneficio ;)
También amplío con gusto la opinión de Bauexperte recordando que uno planifica
para sí mismo la jubilación y
no para los hijos. A la planificación de la jubilación, por supuesto, pertenece también la propiedad que uno construye para sí mismo cuando tiene más de 50. Los tiempos en que se heredaba la casa familiar a los hijos en crecimiento, como se hacía antes (familias numerosas, granjas, etc.), han quedado definitivamente atrás en la ciudad, porque el hijo en crecimiento que ya forma su propia "familia" no quiere para nada la casa vieja y anticuada.